¿Dónde encontarlas?
Por más fuertes que nos sintamos, por más jóvenes que seamos, debemos admitir que somos humanos, y, por lo tanto, frágiles. Nos cansamos, nos desanimamos, podemos enfermarnos, podemos flaquear.
Hay uno solo que es siempre fuerte, invariable. Siempre tiene el mismo vigor; el mismo esplendor.
¿Quién es?
“¿Acaso no lo sabes? ¿No lo has oído? El Señor, el Dios eterno, el creador del mundo entero,
no se fatiga ni se cansa; su inteligencia es infinita. Él da fuerzas al cansado, y al débil le aumenta su vigor. Hasta los jóvenes pueden cansarse y fatigarse, hasta los más fuertes llegan a caer, pero los que confían en el Señor tendrán siempre nuevas fuerzas, y podrán volar como las águilas; podrán correr sin cansarse y caminar sin fatigarse”. (Isaías 40:28-31 – Dios Habla Hoy).
¡Aleluya! Encontramos al que es la fuente. Conectémonos con él cada día, y vivamos conectados todo el día. Podemos volar, podemos correr, podemos caminar. Las fuerzas vienen de él. Amén.







