Iglesia 24/7

Jorge Himitian

06/07/2020

Ser iglesia las 24 horas del día, los 7 días de la semana

Es muy fácil confinar a la iglesia a que sea una congregación. ¿A qué me refiero? Al hecho de confundir que lo esencial de la iglesia es celebrar reuniones en algún salón determinado en ciertos días y horarios de la semana.

La iglesia se congrega, y es muy bueno que lo haga, a veces en grupos pequeños, otras veces en grupos más grandes, pero es importante que subrayemos que la iglesia no es una congregación. No podemos estar congregados las 24 horas del día ni los 7 días de la semana. Pero ¡seguimos siendo iglesia las 24 horas del día, y los 7 días de la semana! Estemos dónde estuviéremos, hagamos lo que hiciéremos, seguimos siendo iglesia, familia de Dios, cuerpo de Cristo, comunidad de discípulos de Jesús*.

He escuchado decir estos días: “Por causa del coronavirus, el gobierno cerró las iglesias”. Error. Nada ni nadie puede cerrar la iglesia. Habrán cerrado los salones donde solemos reunirnos. La iglesia está más viva que nunca, porque Cristo está vivo, y él dijo: “Edificaré mi iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella” (Mateo 16.18), menos el Covid-19.

1. El culto continuo que Dios propuso en el Antiguo Testamento

Cuando Dios liberó al pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto, en el desierto de Sinaí, después de darle los diez mandamientos, le dijo a Moisés:“Harán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos” (Éxodo 25.8).

Siempre fue el deseo de Dios habitar en medio de su pueblo. No ser una visita sino vivir las 24 horas de cada día con su pueblo.

  • En el tabernáculo (o carpa) que Dios mandó levantar, había varios muebles. Uno de ellos era la mesa de los panes de la proposición, donde el sacerdote debía colocar doce panes, uno por cada tribu de Israel, y la instrucción era la siguiente: “Y pondrás sobre la mesa el pan de la proposición delante de mí continuamente” (Éxodo 25.30). Notemos esta palabra “continuamente”, en hebreo es “tamiid”. Esto simbólicamente significa la oración constante por todo el pueblo de Dios, la intercesión.
Los panes simbolizan la oración constante por el pueblo de Dios
  • Otro mueble en el lugar santo era el candelabro de oro, de siete brazos. Y las instrucciones de Dios eran: “Y mandarás a los hijos de Israel que te traigan aceite puro de olivas machacadas, para el alumbrado, para hacer arder continuamente las lámparas” (Éxodo 27.20). El tabernáculo no tenía ventana para que entrara luz natural. La única luz era la del candelabro. Nuevamente se usa la palabra “tamiid” (continuamente). Esto simboliza la revelación de la palabra por el Espíritu Santo.

  • El altar del incienso era el tercer mueble del lugar santo, puesto delante del velo. Era todo cubierto de oro; y era donde el sacerdote cada día debía quemar el incienso que represaba la adoración. Y las instrucciones eral las siguientes: “Y Aarón quemará incienso aromático sobre él; cada mañana cuando aliste las lámparas lo quemará. Y cuando Aarón encienda las lámparas al anochecer, quemará el incienso; rito perpetuo (tamiid) delante de Jehová por vuestras generaciones. La adoración permanente a Dios.
El incienso representa la adoración permanente a Dios.
  • Fuera, en el atrio del tabernáculo, había un altar de piedras, donde debían ser sacrificados los animales para ofrendarlos a Dios: Veamos las instrucciones: “Esto es lo que ofrecerás sobre el altar: dos corderos de un año cada día, continuamente (tamiid). Ofrecerás uno de los corderos por la mañana, y el otro cordero ofrecerás a la caída de la tarde” (Éxodo 29.38-39) “Esto será el holocausto continuo (tamiid) por vuestras generaciones, a la puerta del tabernáculo de reunión, delante de Jehová…” (Éxodo 29.42). Todo el día, toda la noche, las 24 horas del día y todos los días de la semana debe haber fuego y una ofrenda quemándose, el humo subiendo a Dios.

Levítico 1.9: “… ofrenda encendida de olor grato para Jehová”.Levítico 6.13: “El fuego arderá continuamente (tamiid) en el altar; no se apagará”.

Los salmistas comprendieron muy bien todo esto, por eso en varios salmos escriben: “Bendeciré a Jehová en todo tiempo; su alabanza estará de continuo (Tamiid) en mi boca” (Salmos 34.1).

Salmos 71.8: “Sea llena mi boca de tu alabanza, de tu gloria todo el día”.Salmos 145.2: “Te exaltaré, mi Dios, mi Rey, y bendeciré tu nombre eternamente y para siempre. Cada día te bendeciré, y alabaré tu nombre eternamente y para siempre”.

Está muy claro de que no se refiere a un día en la semana, un horario determinado, sino en todo tiempo; “tamiid” continuamente, todo el día y todos los días. ¡Aleluya!

II. El culto continuo que Dios propone en el Nuevo Testamento

Siempre fue el gran deseo de Dios habitar en medio de su pueblo. El Nuevo Testamento comienza anunciando el cumplimiento de la profecía de Isaías: “He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros (Mateo 1.23). Eso es lo que Dios quiere, estar con nosotros siempre. No una visita sino su presencia permanente en medio de su pueblo las 24 horas del día.

Juan comienza su evangelio declarando que el Verbo, que estaba con Dios y que era Dios, se hizo carne, “Y aquel verbo se hizo carne y habitó entre nosotros” (Juan 1.14). Esta expresión “habitó”, en el griego “skenoo” significa literalmente “acampó” entre nosotros, es decir, puso su carpa (skenos) entre nosotros. Siguiendo la figura del Antiguo Testamento, Dios habitando en medio de su pueblo.

Dios no nos quiere visitar el domingo en nuestra reunión congregacional; él quiere vivir entre nosotros las 24 horas del día y los 7 días de la semana.

Los verdaderos adoradores

La mujer samaritana le preguntó a Jesús, donde hay que adorar a Dios, en este monte o en Jerusalén. Jesús le respondió: “Mujer, créeme que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre … Pero la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque también el Padre tales adoradores busca que lo adoren” (Juan 4.22 y 24).

No es en un determinado lugar físico, tampoco en un día y en un horario determinado. Dios es Espíritu, no está limitado a tiempo y a espacio. La adoración es en todo tiempo y en todo lugar, 24/7. “La hora viene y ahora es…”. Debemos vivir en permanente adoración a Dios.

La iglesia naciente en Jerusalén

“Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo el favor de todo el pueblo. Y el Señor añadía a la iglesia los que habían de ser salvos” (Hechos 2.46-47). Todos los días, a todas las horas, perseveraban juntos, partiendo el pan, comiendo juntos, alabando a Dios, multiplicándose. Cuando dice “en el templo”, no era dentro del templo sino afuera, en el patio o en la puerta, al aire libre; y no era el templo de ellos (ellos no tenían templo, sino al templo de los judíos en Jerusalén.

Era iglesia 24/7. Las 24 horas del día y los 7 días de la semana.

Perseveraban, partiendo el pan, comiendo juntos

El culto continuo del Nuevo Testamento

Pablo escribe a los Romanos (12.1):“Por lo tanto, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro verdadero culto”.

Así como en el Antiguo Testamento el sacerdote debía presentar cada día el sacrificio continuo de un animal, del mismo Dios, por medio de Pablo, nos insta a presentar nuestro cuerpo, y todo nuestro ser como un sacrificio vivo, continuo y consagrado las 24 horas del día para experimentar la buena voluntad de Dios. Este es nuestro verdadero culto.

Vivir llenos del Espíritu

Efesios 5.18-20:“No se emborrachen con vino, lo cual lleva al desenfreno; más bien, llénense del Espíritu. Hablen entre ustedes con salmos, himnos y cánticos espirituales; canten y alaben al Señor con el corazón, y den siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo”.

Pablo no está diciendo que esto es lo que debemos hacer en nuestras reuniones dominicales, sino todos los días, todo el tiempo. Este debe ser nuestro estilo de vida en casa, en el trabajo, en la escuela, en la calle, en el campo, en la ciudad. Dice: “hablando entre ustedes” / “den siempre gracias por todo”. De este modo viviremos llenos del Espíritu las 24 horas del día y los 7 días de la semana. Esto es ser iglesia 24/7.

La alegría permanente

Filipenses 4. 4-7:

“Regocíjense en el Señor siempre. Y otra vez les digo, ¡regocíjense! Que la gentileza de ustedes sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. No se preocupen por nada. Que sus peticiones sean conocidas delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y que la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guarde sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús”.

Nuevamente no está hablando del culto congregacional sino de un estilo de vida, de gozarnos en el Señor siempre, de ser gentiles con todos, de no estar afanosos por nada, de presentar a Dios nuestras cargas, de ser siempre gobernados por la paz del Señor.

La abundancia de la palabra de Dios entre nosotros

Colosenses 3.16-17:

“La palabra de Cristo habite ricamente en ustedes. Instrúyanse y exhórtense unos a otros con toda sabiduría; canten al Señor salmos, himnos y cánticos espirituales, con gratitud de corazón. Y todo lo que hagan, ya sea de palabra o de hecho, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios el Padre por medio de él”.

Es vital que la Palabra no esté recluida únicamente a nuestras reuniones congregacionales. Aquí habla de reciprocidad al decir “unos a otros”. Por supuesto todo esto incluye la reunión dominical, pero no se limita a ella. La palabra habitando en abundancia en nuestro corazón, desborda por nuestra boca en todo tiempo y en toda circunstancia, ya sea en los grupos de discipulado, en la iglesia en los hogares, en los encuentros con los hermanos, en casa con los miembros de nuestra familia. A veces, enseñando la palabra, cantando la palabra. Y todo lo que hagamos, sea de palabra o de hecho, hagámoslo en el nombre del Señor Jesús y dando gracias a Dios. Esto es ser iglesia 24/7. ¡Aleluya!

Vivir siempre conectados

1 Tesalonicenses 5.15-19:

“Tengan cuidado de que nadie pague a otro mal por mal; más bien, procuren siempre hacer el bien, tanto entre ustedes como con los demás. Estén siempre gozosos. Oren sin cesar. Den gracias a Dios en todo, porque ésta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús. No apaguen el Espíritu”.

Otra vez, todo esto no se refiere a una reunión sino a un estilo de vida. A ser iglesia 24/7. Esta es la vida cristiana normal. Vivir sin rencores, no devolver mal por mal. Perdonar al que nos hace mal y hacerle siempre bien. Estar siempre gozosos. Orar sin cesar. Dar gracias siempre y por todo. Una vida sin quejas, sin rezongos. De este modo el Espíritu nunca se apagará en nosotros. Arderá continuamente.

Los sacrificios que agradan a Dios

Hebreos 13.15-16:

“Por lo tanto, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de Jesús, un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de labios que confiesen su nombre. No se olviden de hacer bien ni de la ayuda mutua, porque éstos son los sacrificios que agradan a Dios”.

Tres sacrificios son mencionados aquí: El sacrificio de alabanza, el hacer el bien y la ayuda mutua.El primero es a Dios: “ofrezcamos siempre a Dios sacrificio de alabanza”. Es lo que venimos diciendo. Fruto de labios que confiesan su nombre: hay cientos de nombres de Dios en la Biblia, que podemos confesar durante el día, según nos vaya recordando e inspirando el Espíritu Santo.El segundo es al prójimo: “Hacer el bien”. ¿A quiénes? Especialmente a los que lo necesiten. Ya sea dinero, alimento, ropa, nuestro tiempo, alguna palabra de aliento.

Hacer el bien, y la ayuda mutua, sacrificios que agradan a Dios.

El tercero es a los hermanos: “la ayuda mutua”. Esto es la verdadera comunión, la koinonía de bienes, el amor mutuo, el servicio de los unos a los otros. A veces es dar, y otras, recibir.

Que hermosa frase final: “Porque estos son los sacrificios que agradan a Dios”.

Pongamos todo esto en su verdadero lugar. Casi ninguno de nosotros vive plenamente esta realidad de ser iglesia las 24 horas del día y los 7 días de la semana. Yo tampoco.

Pero no hay duda que esta es la voluntad de Dios para todos nosotros. Dios quiere que su iglesia viva en el Espíritu las 24 horas del día. Esta es la iglesia gloriosa y santa que Jesús se propuso edificar. Y como bien lo expresa Pablo en Efesios 5.27: “a fin de presentársela a sí mismo una iglesia gloriosa, santa e intachable, sin mancha ni arruga ni nada semejante”.

Entonces mi propuesta es que hagamos de este objetivo de Cristo nuestra meta. Ser una iglesia gloriosa significa vivir las 24 horas del día y los 7 días de la semana llenos de su gloria y de su presencia.

Habiendo confesado que casi ninguno de nosotros vive esa realidad, propongo que, como persona, como matrimonio, como familia, como congregación, hagamos de ser iglesia 24 /7 nuestro objetivo.

Para ello necesitamos:

  • Creer que es posible.
  • Perseverar cada día hacia esa meta.
  • No desanimarnos cuando fallamos.
  • Tener paciencia con nosotros mismos y con los demás.
  • Orar fervientemente para que así sea.
  • Celebrar los pequeños progresos.
  • Darle toda la gloria a Dios por cada victoria.

“Fiel es que los ha llama, el cual también lo hará” (1 Tesalonicenses 5.24).

Este mensaje también está disponible en video, lo incluimos aquí abajo

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