Cada vez que en el mundo suceden guerras importantes, terremotos, hambre, epidemias importantes, son muchos los que comienzan a decir: La venida del Señor está muy cerca. Pero Jesús advirtió que cuando estas cosas sucedan, (y han sucedido y sucederán) “aún no es el fin” (Mateo 24.38).
También dijo que no nos dejemos engañar porque vendrán muchos en su nombre, diciendo: “Yo soy el cristo, (el ungido)”. Y también dirán: “El tiempo está cerca” … “pero el fin no será inmediatamente” … “Se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá grandes terremotos, y en diferentes lugares hambres y pestilencias; y habrá terror y grandes señales en los cielos”. (Lucas 21.8-11).
Algunos me preguntan: ¿Usted no cree que la segunda venida de Cristo está cerca?”. Yo les respondo: Sí, claro que creo, porque Jesús lo dijo: “Ciertamente vengo en breve” (Apocalipsis 22.20). Pero, ¿Cuánto es “en breve” para el Señor? Evidentemente no es lo mismo que para nosotros, pues ya pasaron 2000 años, y aun no vino. Jesús viene pronto, pero puede ser hoy, o pueden pasar cien años más, o quinientos, o mil. Y seguirá siendo “en breve”.
Lo importante para nosotros es velar siempre, Jesús dijo: “Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor”. “Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis” (Mateo 24. 42 y 44).
De modo que en lo que nos concierne a cada uno de nosotros, debemos estar siempre preparados, ya que podría venir hoy, mañana, en un año, o en mil años. Además, aunque Cristo no viniera hoy, igual debemos estar preparados y velar, porque no sabemos cuándo vamos a morir. Puede ser hoy o en pocos días o en muchos años. Debemos velar, pues ya sea que Cristo venga, o que alguno de nosotros muera, siempre debemos estar preparados para encontrarnos con el Señor.
Por otro lado, hay muchas profecías que aún faltan cumplirse:
– Jesús profetizó que antes del fin sería predicado el evangelio del reino, que el mismo había predicado, en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones. (Mateo 24.14). Aún falta que el evangelio sea predicado en muchos lugares del mundo. Además, hoy en muchos lugares se predica un evangelio sin reino.
– Jesús rogó al Padre en Juan 17 que todos los que creemos en él SEAMOS UNO para que el mundo crea. Hoy la iglesia sufre tantas divisiones… ¿Puede terminar la historia de la iglesia sin que esa oración de Jesús sea respondida?
– Pablo afirma, en Efesios 5.27, que Jesús se presentará a sí mismo una iglesia gloriosa y santa. Está escrito. La Palabra de Dios se cumplirá. La iglesia, por el lavamiento del agua, que es la palabra, alcanzará ese nivel de gloria y santidad, que hoy no tiene, para recibir a su Amado.
– Aún falta el cumplimiento de la visión de Habacuc (2.14): “La tierra será llena del conocimiento de la gloria del Señor, como las aguas cubren el mar”.
– Pablo, en Romanos 11, nos revela un misterio, que cuando se complete el tiempo de los gentiles “todo Israel será salvo” (Rom.11.25-26).
El vers.11 del mismo capítulo dice: “Y si su transgresión es la riqueza del mundo, y su defección la riqueza de los gentiles, ¿cuánto más su plena restauración?”
Versículo 15, “Porque si su exclusión es la reconciliación del mundo, ¿qué será su admisión, sino vida entre los muertos? Israel se arrepentirá y creerá que Jesús es el Señor y Mesías. Y entonces, acontecerá el avivamiento más grande de la historia, antes de la segunda venida de Cristo. ¡Aleluya!
Ese avivamiento mundial no será sin persecuciones y gran oposición. Pero la persecución ayudará a la unidad y a la purificación de la iglesia. ¡Aleluya!







